El exceso de tonalidad azul y el fuerte contraluz, nada compensado, demuestra unos gustos estéticos muy personales. Opino que los brillos del agua animan la toma. Habitualmente las fotos quedan mejor con el sujeto a un lado, dejando mayor espacio de encuadre hacia el lado de donde miran. Pero es habitual saltarse estas reglas estéticas clásicas, para ver qué pasa...
Salvador Solé Soriano