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Azulejos en la Alhambra

Hay quien dice que los alicatados de la Alhambra obedecen a fórmulas matemáticas. Bueno, sobre gustos o creencias, no hay nada obligado. Otro tema distinto es, caso de ser ciertas tales suposiciones, qué significan estas fórmulas matemáticas; si son simplemente un método para cubrir superficies o enseñan algo, es decir, si tienen su propio mensaje. El tema crea numerosas polémicas entre los investigadores. El especialista Oleg Grabar habla de formas esencialmente decorativas que crean un entorno en donde se trastocan las formas perceptivas habituales (un juego de positivo negativo que puede cambiarse en cualquier momento que provoca una sensación de inestabilidad, de fugacidad, de cambio en el espectador). Otros como Lomba o Vilches relacionan esta geometría con la música (que en el fondo es pura matemática) y buscan sus antecedentes en las tradiciones pitagóricas recogidas en el ambiente helenístico de Damasco en tiempo de los Omeyas (siglo VII-VIII). Según estos autores, la decoración geométrica generaría una especie de ritmos interiores (un "tam tam" continuo) al que la contempla (¡ojo!, el que la contempla, no el que la mira apresuradamente) que transmitiría una sensación de paz y, en último extremo sería el trampolín para meditaciones superiores. MarÇais o Titus Burckhardt coincide en esta idea y la conecta con las prácticas sufíes en donde la danza rítmica (los derviches), o la salmodia (recitación) del Corán son técnicas utilizadas por los sufíes para alcanzar la iluminación (el llamado tafarruy, algo muy semejante a lo que ya hablábamos en el zen o la mística). En fin, teorías aparte, a mi me resultan preciosas las combinaciones de color y la armonía que muestran. Me gustaría saber qué hubiera opinado Miró al respecto. Un saludo

Luis Ruiz

En fotored desde 17/07/2012

Ficha personal
  • hace 6 años
    Salvador Solé Soriano
    Sí, yo también he estado en más de una ocasión por la Alhambra y me han llamado la atención esos mosaicos. Resulta asombroso lo que se llega a especular sobre cualquier cosa dónde falte un dato. Me parece una virtud, aunque los excesos siempre son discutibles. En el extremo de los argumentos especulativos estaría la supuesta utilidad como "mandalas" de estos dibujos, una tesis que no conocía pero que no resulta descabellada. Sin embargo, desde mi subjetividad, ese guirigai geométrico me marea ya que resulta lo opuesto a un jardín zen donde unos pocos objetos bien situados sí que ejercen sobre mí un efecto de serenidad. Que ambas cosas, visualmente tan distintas, pueden servir para que el ser humano se concentre, se ponga místico o se serene, nos lleva a una conclusión; casi cualquier cosa le sirve porque todo el asunto está dentro de su mente y es solo una cuestión de idiosincracia sensitiva. A ti, en concreto te propongo, otro "mandala"; la observación de un bando de rapaces (milanos, negros, buitres leonados, abejeros europeos...) volando en círculos para remontarse sobre una témica; Mirás eso y anda que no flipas tanto en clave zen como sufí. Respecto a la foto, aplaudo cómo la has encuadrado para evitar que cualquier desviación de perspectiva perjudique el impacto visual del mosaico y, al mismo tiempo, ofreces tres muestras muy diferentes en una sola imagen.
  • Si yo también he visto esos mosaicos. También se podría decir que son algo parecido a la geometria fractal, algo muy abundante en la naturaleza y que ahora esta muy de moda. Coincido plenamente con Salvador en que a la que falta algún dato el hombre intenta averiguar el porqué. A mi también me gustaría saber como llegaron a esto!. A mi más que concentrarme me entretiene. Tambien yo tiro a lo minimalista...