Cacatúa picofina (Long-billed Corella)
Australia atesora una gran variedad de loros, pericos y cacatúas, muchos de ellos endémicos de esa isla-continente. Casi todos son bonitos pero siempre hay excepciones… La Cacatúa picofina (Cacatua tenuirostris), con esa coronilla estrecha, las ojeras azules y el pico excesivamente ganchudo, es estéticamente desafortunada. Solo se la puede hallar en menos del 10% del territorio australiano; una zona del sureste que, de manera burdamente aproximada, quedaría definida por un triángulo cuyos vértices serían las ciudades de Adelaida, Melbourne y Orange.
De punta de pico a punta de cola mide entre 37 y 40 cm y no se pueden distinguir los machos de las hembras por su aspecto (ausencia de dimorfismo sexual). Habita arboledas de eucaliptus con sustrato herbáceo y herbazales arbolados allí donde las precipitaciones anuales oscilan entyre los 250 y los 800 mm.
Se alimenta de partes subterráneas de plantas nativas que, gracias a su peculiar pico, es la única ave capaz de desenterrar. Por suerte, se ha adaptado a comer cebollas foráneas (Romulea) y algunos cereales importados. También pica grano de la superficie del suelo y, desde 1960, se aficionó al girasol. Muy ocasionalmente se despacha alguna larva de insecto.
Esta especie sufrió una gran merma de población cuando el ganado importado por los europeos eliminó casi por completo la margarita nativa (Lanceolata microseris) de cuyo tubérculo se alimentaba de manera casi exclusiva. Pero luego empezó a adaptarse a los cultivos arriba mencionados y ahora se la considera fuera de peligro e incluso localmente abundante.
Foto realizada en las afueras de Deniliquin (New South Wales).
Cámara Nikon D7100 con objetivo Sigma 150-600 mms. f: 5.0 - 6.3 (Contemporary), apoyado en ventanilla de automóvil.
Iso:640
Exposición (v):1/125 de segundo.
Apertura (f):10
Antonio Cuenca. vaya