Como las garzas
Chiang Saen, extremo N.E. de Tailandia (Marzo 2007).
Para nuestros estándares, quizás su vida sea dura, monótona, y no muy distinta a la de las garzas que también pescan en ese mismo lago. Pero tiene sentido porque trabaja a largo plazo; al capturar solo unos pocos peces hoy, se asegura de que mañana podrá tomar unos pocos más y si otros no vienen a desequilibrar este pacto con la naturaleza, sus hijos y sus nietos, si quieren, podrán hacer lo mismo. Quizás las grandes ambiciones no sean la mejor receta para la supervivencia.
Cámara Nikon D2X con objetivo Sigma 50-500 mms. f:5.6-6.3 a pulso
F. Xavier Vilamanyà Prat