Constelación de retrovisores
Paseas por la calle y percibes algo que, al mirar con más atención, se diluye entre los mil detalles que le restan fuerza. Pero te quedó grabada la impresión estética y te preguntas si podrías rescatarla de entre las crudezas de la realidad. A menudo debes desistir; demasiados factores en contra. Pero a veces intuyes que sabras sacarle la perla a la ostra y haces una foto, pensando ya en cómo resolverás la edición. En casa, trabajas la imagen para que aquella impresión quede expresada lo mejor posible. En este caso hizo falta seleccionar los retrovisores e invertir la selección para oscurecer y desaturar todo el entorno. Luego tocó borrar (con el tampón de clonar) los elementos indeseables. En este caso, al perseguir una visión particular y no una fantasía, evité el uso de filtros y solo trabajé con los equivalentes digitales de los recursos del laboratorio de revelado analógico. Si sabes lo que buscas y conoces las herramientas, ahí lo tienes; la impresión hecha imagen. Y es que, al pasar por allí empujando mi carrito de la compra, por un instante solo vi la constelación de retrovisores; luego “me llegó” todo lo demás, todo lo que la inflexible objetividad de la cámara captaría, lo quisiese yo o no. Pues manos a la obra. Espero que os guste.
Cámara Canon Powershot G12, a pulso.
Iso:80
Exposición (v):1/400 de segundo.
Apertura (f):4.5
Txema Bacaicoa (Colectivo IS)