Sí, he aquí lo que pasa cuando alimentas a tu canario con alpiste de dudosa procedencia. Es una gozada apreciar tanto detalle como se pueda en los seres vivos; de ahí mi obsesión por las foto-cajas. Un retrato original, con el prota manteniendo la vista baja, como si hubiese pecado o como si contemplase un jugoso cadáver. Buen encuadre y edición, Txema.
Salvador Solé Soriano