Parafraseando el título del famoso relato de J. Luis Borges, presento el retrato de una de las estatuas humanas más vistosas de La Rambla de Barcelona y también una de las que llevan más tiempo decorando este paseo tan internacionalmente visitado. Muchas de estas estatuas han abandonado su inmovilidad e interactúan con l@s turistas, básicamente posando con ell@s en las fotos para recoger su sueldo a base de donativos. Semejante recurso laboral ha tenido tal éxito que el ayuntamiento ha acabado legislando el asunto para evitar (o quizás capitalizar…) el desarrollo de las mafias del sector y evitar el exceso de cripto-medig@s que no se curraban nada el disfraz y se limitaban a echarle morro. Pero, desde luego, no es el caso del hombre rosado de la esquina. Cámara Canon PowerShot A620, a pulso
Cámara Canon PowerShot A620, a pulso. Exposición (v):1/40 segundos Apertura (f):5.6
marta Liber