El roble centenario

Los árboles monumentales siempre tienen gran impacto pero aquí, aunque este ejemplar se ve muy sano y maduro, no parece nada especial; a juzgar por las hojas de hiedra del suelo, su tronco aparenta tener unos 50 cm de diámetro y, afortunadamente, árboles como ese todavía son habituales, el menos en lugares protegidos. La foto tiene una tonalidad bastante uniforme a base de colores verdes y poco más. La luz está muy bien captada, así como el color. Nada que toserle a la nitidez, además. Pero, todo junto, da la impresión de ser un detalle de una foto mayor. Eso sucede cuando la composición es justita, por bien que se muestre al sujeto (o una parte del sujeto, en este caso). Si el fondo, como es el caso, carece de estructura, el conjunto se empobrece. Aquí, un segundo sujeto con colores distintos vendría de perilla para reforzar el encuadre. Por supuesto, mi opinión es subjetiva y no debe pesar demasiado.

Más gente debería entender que tocarle la fibra al projimo poniéndole peros a sus obras no puede hacerse a la ligera y comporta la responsabilidad de razonarlo, cabalmente y con respeto.