En efecto, el posadero es muy bonito. En este caso, posadero y sujeto quedan más integrados en el entorno, por lo que, cromáticamente, destacan menos. Es, sobre todo, la diferencia de foco lo que destaca perfectamente al posadero y al sujeto del fondo, sin que las pinceladas de rojo (muy importantes, en este caso, para amenizar) les resten protagonismo.
Salvador Solé Soriano