Una construcción sobria ejecutada a la perfección. Se nota que la iglesia siempre tuvo más de todo. Claro que, en su momento, el monasterio debía estar lleno de gente y hacía falta un cacho edificio como éste para preservar el grano que diera de comer a tantas bocas. La luz es deliciosa y la moderación en la aplicación del efecto HDR ha permitido que los colores conserven su naturalidad.
Paco lopez Requena