Ojo y paloma
Una de las habilidades que debemos cultivar los fotógrafos es la capacidad de ver y aprovechar las casualidades. En esta ocasión subí al terrado de mi casa para retratar nubes de tormenta y me di un buen atracón. Las formaciones como la que aparece en la foto - que eran marginales respecto al espectáculo general - cambiaban de forma delante de mis ojos así que estaba atento a lo que pudiesen hacer. La paloma que vino a posarse en esa esquina me acabó de convencer. Aun así, el cuadro solo cuadraba si me movía para que nube y silueta quedasen relacionados. No es una gran imagen, pero tampoco se ven estas cosas cada día…
Cámara Nikon D500, con objetivo Nikon 18-105 mms f; 3.5-5. A pulso.
Velocidad; 1/100 de segundo, f:8 e iso 100.
Miguel Angel Vázquez Márquez