Tormenta nocturna
El atardecer del 16 de noviembre 2017 nos pilló acampando por libre en un rincón bastante remoto del sur de New South Wales (Australia); la reserva natural de Round Hill. Las jornadas ornitológicas son largas porque empiezan muy temprano y acaban bien entrada la noche. La del 16 de noviembre se prolongó un poco más de lo habitual a causa del feliz encuentro con un chotacabras y eran las 23,00h. (aprox.) cuando tomé esta foto. La tormenta estaba tan lejos que ni se oían los truenos. Tuve que usar el objetivo de 150-600 mms, empleado al mínimo de 150 mms (son 225 mms. con el factor del multiplicación del sensor APS-C). Los problemas técnicos eran legión y yo ya estaba un tanto “out” tras todo un día de actividad, así que la cosa salió como salió… Enfoqué la nube manualmente guiándome por los breves fogonazos de los rayos que la iluminaban cada siete o diez segundos (el árbol queda desenfocado porque estaba “solo” a 300 m). Como la nube se iba desplazando hacia la derecha, despacio pero sin pausa, no podía hacer una exposición demasiado larga, pues me quedaría movida. Pensé que 10 segundos no sería excesivo pero me equivoqué. Tampoco quería subir más el iso, pues el ruido de los 1600 ya afeaban el cielo. Y eso con la abertura máxima del objetivo (f:5.0). Empleé el cable y el espejo arriba para minimizar la trepidación. Pero, como véis, el resultado de tanto esfuerzo es una foto burda cuyo mérito consiste en mostrar esa nube iluminada, imagen onírica donde las haya. Tardo lustros en disfrutar de un espectáculos como este, así que no podía dejar pasar la ocasión. La escena requería un cámara “full frame” y otro objetivo, pero usé lo que tenía porque me fue imposible usar lo que no tenía.
Cámara Nikon D7100 con objetivo Sigma 150-600 mms. f: 5.0 - 6.3 (Contemporary) trípode, cable y espejo arriba.
Iso:1600
Exposición (v): 10 segundos.
Apertura (f): 5
Txema Bacaicoa (Colectivo IS)