Transformación y decadencia
En muchos pueblos se multiplican las casas abandonadas. Moradas que se habitaron durante generaciones terminan por quedar vacías cuando mueren sus últimos inquilinos o se marchan en busca de las ventajas urbanas. Y, para cualquier edificio, el abandono es la primera fase de la ruina. Intentando que la foto tenga cierto atractivo como tal, le he dado una edición tipo HDR, en monocromo. Pero su valor - a mis ojos - se halla en la historia que explica sin explicar nada; de cómo una puerta grande primero fue reducida y finalmente quedó librada a la entropía de los elementos. Y pasó de ser el nº 5 de su calle a ser el nº 59 sin que ello la librase del desastre. Pero, si os fijáis, la pared donde se halla la puerta ha sido construida a continuación de un muro de más antiguos y nobles sillares. Así que ese viejo y tosco hogar se contruyó aprovechando un edificio anterior. Aunque no es la frase más acertada, me viene a la mente la que en el pasado se escribía en los relojes; “Omnes vulnerat, postuma necat”. Su significado se refería a las horas y la traducción del latín sería; “Todas hieren, la última mata”. ¡Cómo no ponerse sombrío ante realidades como ésta!
Cámara Canon EOS 20D con objetivo Sigma 10-22mms. a pulso.
Iso:100
Exposición (v):1/13 de segundo.
Apertura (f):6.3
Luis Ruiz