Luces... cámara... ¡acción!
Es lo que tiene el macro, que puedes dar rienda suelta a la creatividad hasta donde te lleve la imaginación. Como ya dije, en estos tiempos de globalización que corren, no es ni difícil ni caro hacerse con uno de esos animalitos que hasta no hace tanto ni hubiéramos soñado con ver -no digo ya poseer- como esta jovencísima mantir orquídea de la foto; pero tampoco hay que rizar el rizo, pues a veces incluso una simple mosca, araña o escarabajito pueden servir perfectamente a nuestros propósitos.
Hay que saber iluminar bien el escenario: luces suaves, envolventes y sin estridencias. Un fondo adecuado pues, esto es importante, en fotografía macro el fondo también forma parte importante. Todo ha de ser un TODO. Y el posadero también está incluido en ese "todo".
En esta foto, el fondo es un bote lleno de bolas rojas de gelatina al que he iluminado desde atrás con una linterna. La distancia será la que nos dé unos flares y desenfoques al gusto nuestro. La abertura del objetivo también cuenta.
El posadero es el pétalo rojo-metalizado de una flor de esas guapas que venden en los viveros; tipo Begonia y barata, barata.
La mantis es una de las 80 que le han nacido a un conocido mio de un par de ootecas de una pareja reproductora de Mantis orquídea (Hymenopus coronatus). Se la coloca en el lugar elegido y el ángulo y posición conveniente.
Trípode, cable disparador y, en suma, todo lo que haga que la cámara no se mueva ni una micra para conseguir toda la nitidez que sea capaz de darnos el objetivo. Por cierto, un Tamron 90 mm 2,8 macro.
Y voilà.
---
Cámara:Canon
Modelo:Canon EOS 70D
Iso:160
Exposición (v):1/13 segundos
Apertura (f):9
---
Jose A. Casal Alvarez